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jueves, 26 de febrero de 2015

Mentalidad.

Hay muchas barreras, tanto mentales como emocionales que impiden alcanzar nuestro propósito de un cuerpo mejor.

Lo más importante no es la dieta o la rutina de ejercicio que lleves (Que obviamente tienen importancia), sino cómo afrontes la situación. No, no es un rollo oriental de "La mente es más poderosa que el cuerpo, pequeño saltamontes", aunque hará falta algo de fuerza de voluntad y autodisciplina. El problema es que la mayoría de gente ve esto de forma incorrecta, es decir, como algo a corto plazo que termina cuando ya estás en forma. 
Debes enfocarlo como cambios a largo plazo, si consigues que sea ya por el resto de tu vida, perfecto. Alguno se habrá asustado aquí. Reconozco que suena a captación de una secta, pero una vez lo piensas, no es para tanto, y una vez veas los resultados estarás motivado a continuar. 

Considera esto: Cuando la gente dice 'Voy a ponerme en forma' (Algo fácil de oír a principios de año o cuando falta poco para el verano) suelen ser bastante extremistas al respecto al ir al gimnasio 2 veces al día, 5 días a la semana, salir a correr diariamente y compaginado con dietas muy bajas en calorías. Se hacen daño, se ponen enfermos o aumentan sus instintos homicidas y sencillamente fallan. Se desaniman y vuelven al pozo de donde querían salir. 

¿Ha sido falta de voluntad? Algo así, pero el problema es que el acercamiento está equivocado. No te pones en forma matándote. Te pones en forma, y más importante, la mantienes, acumulando mejoras significantes pero realizables a lo largo del tiempo.

Comer adecuadamente debe convertirse en algo habitual, así como el ejercicio. Considéralo como lavar la ropa o sacar la basura. Si poco a poco lo haces mejor, y te mantienes, acumularás grandes mejoras rápido, y esto continuará a lo largo del tiempo. Cuando ves esas mejoras sin tener que matarte, continuar se antoja fácil. No pido una adherencia total a esto, pero cuanto más te distancies, más te alejarás del resultado. Si sigues estos consejos un poco, conseguirás unos pocos resultados. Por raro que suene, hacerlo un poco mal pero constante siempre es mejor que hacerlo bien de vez en cuando. 

Puedes perder sobre 0,5kg-1kg de grasa a la semana o ganar 0.25kg de músculo a la semana (Las mujeres menos de esto último por diferencias hormonales). Eso son 25-50kg de grasa al año y 12kg de músculo al año. En un año, sabrás por qué has empezado hoy. En tres, y asumiendo que has sido fiel a esto, estarás bastante impresionante. 
Sabemos cómo funciona el cuerpo, sabemos lo que puede hacer y cuánto le cuesta. No busques un atajo, milagro o el gran secreto que las grandes compañías de fitness no te quieren contar porque no existe. Quieres resultados, no falsas promesas. Sigue una dieta y rutina y observa lo que ocurre. En otras palabras, sé persistente y paciente. 

Otra cosa a considerar es que mucha gente encuentra difícil ponerse en forma porque tienen malos hábitos, especialmente en el aspecto de la dieta. Algunos son obvios, otros no tanto. El conocimiento que nos ofrecen los medios sobre el tema es muy disperso y de una especifidad a veces inaplicable a la vida real. Parte del propósito de esta guía es enseñar a identificar esos hábitos, y no sencillamente cortar por lo sano, sino reemplazarlos por otros más positivos. Los malos hábitos son difíciles de romper, pero el beneficio de reemplazarlos por unos buenos son inmensos y duraderos. Tras poco tiempo, ya no ansiarás ese trago de Coca-cola o el cubo de palomitas. No querrás perderte el gimnasio, y pensarás '¿Cómo he vivido así? ¿Por qué no he empezado antes? ¡Esto es tan fácil!' Lo es. 

Espero que os haya motivado lo suficiente para no caer y seguir con tus objetivos. ¡Si te ha gustado comparte ésta entrada en tus redes sociales, gracias!

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